Frederic Goudy ya lo dijo: De todos los logros de la mente humana, el nacimiento del alfabeto ha sido el más monumental. Y es que un alfabeto en todas sus facetas nos dice mucho más de lo que podría decirnos en términos léxicos (que no es poco). En el mundo del diseño gráfico concretamente la tipografía es un elemento fundamental y es hora de que empecemos a darle el valor que le corresponde. En la mayoría de los casos su valor expresivo es denostado y ciertamente este valor estético puede ser tan importante como el propio contenido léxico que se le presenta al público. En numerosas ocasiones se ha demostrado que la forma en que se presenta dicho alfabeto y su construcción posee un comportamiento, un carácter, una personalidad en el sentido más literal de la palabra. ¿No es algo magnífico? Un buen diseño tipográfico puede influir sobre el espectador, poniéndole el contenido en bandeja y convirtiéndose en una herramienta de lo más eficaz en términos de persuasión.
Por todo esto me gustaría compartir con vosotros esta serie de posts donde iré desgranando con todo el rigor que me sea posible el maravilloso mundo del que os hablo. Pero si vamos a empezar desde cero, primero deberemos saber qué es la tipografía. ¿Sabrías decirme de forma clara qué es? Si te estás adentrando en este mundo habrás visto más de una vez que muchos términos como fuente, tipo y tipografía se mezclan de forma deliberada y poco precisa. La tipografía en su sentido oficial, hace referencia al arte (o técnica) de crear y diseñar tipos para transmitir un mensaje o una información. También se encarga de estudiar y organizar las distintas fuentes tipográficas (de eso hablaremos más adelante).
- Tipo: Este concepto solemos confundirlo muy a menudo con el término de fuente, y es algo básico que comprendamos la diferencia entre ambos. Un tipo es un conjunto de caracteres, números, símbolos y signos de puntuación que tienen un diseño característico común. Comparten rasgos identificables y muy presentes en toda la variedad de elementos que lo integran.
- Fuente: Aunque hoy en día solemos llamar fuentes a los tipos, en su sentido más primario, la fuente hace referencia realmente al medio físico utilizado para crear y diseñar un tipo de letra. Un ejemplo de fuente sería una máquina de escribir, las matrices de una imprenta o incluso un código PostScript.
- Familia tipográfica: Se trata del conjunto de tipos construidos o basados en una fuente presentando algunas ligeras modificaciones pero preservando las características básicas. Sus componentes son como los hermanos de una familia, se parecen entre ellos pero son diferentes y únicos. (Perdón a los puristas si esta explicación no es todo lo ortodoxa que podría, pero creo que así es más claro y fácil de comprender).
El artículo Diseño tipográfico: terminología esencial ha sido originalmente publicado en Creativos Online.